ΑΥΝΑΝΙΣΜΟΣ, αυνανισμός (avnanismós)

ONANISMO: masturbación, estimulación de los órganos genitales o de zonas erógenas con la mano o por otro medio para proporcionar goce sexual.

Leyendo ayer el periódico me encontré el artículo en el que se hablaba de la última pataleta de la Iglesia Católica, o quizá debería decir, para no faltar a la verdad, del “Club de los Obispos”. Por medio de su portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, han hecho saber que "Quien apoye, vote o promueva esa ley (la del aborto) está en pecado mortal público y no puede ser admitido a la sagrada comunión"”Quien contribuya a ello está en la herejía y, por tanto, excomulgado". Con estas declaraciones, aparte de demostrar una vez más la rigidez de esta institución, lo que han conseguido estos señores es poner en un brete a los diputados que aún considerándose “buenos cristianos” no cierran los ojos a los problemas sociales. Y de momento, y a juzgar por las declaraciones de estos últimos, no les está saliendo muy bien la jugada.

Con la fatiguita que me producen las declaraciones altisonantes de estos andobas, me he dedicado a buscar temas para este espacio y me he encontrado con un correo que me ha mandado mi marido y que con el título “Alucina” me redirigía a una página web mormona en la que se hablaba de la masturbación. El artículo, que podría formar parte de una “Antología de las Rigideces de las Religiones” no tiene desperdicio. Resumo aquí lo que dice, porque los buenos señores le dedican cuatro páginas enteras al tema. Por supuesto la califican de “mala” ¿por qué?, pues porque las “sensaciones sexuales que produce deben estar destinadas sólo al matrimonio” y porque “estas actividades suelen llevar otras igual de malas como son la pornografía y las conductas homosexuales”. “Si estás luchando contra una adicción a la masturbación -dicen- puedes seguir estas recomendaciones para superarlo”. Cito las que más me han llamado la atención. Los paréntesis, evidentemente, son míos.

• Si conoces a gente que tiene el mismo problema, rompe con ellos. Nunca te relaciones con gente que tiene la misma debilidad (No vaya a ser que os de por compartirla)
• Después de la ducha, no te admires en el espejo y sécate rápido (o sea, la versión mormona de “no me toco que me excito”)
• Cuando estés en la cama, viste prendas que cubran completamente tu cuerpo y que sean difíciles de abrir (¿qué tal una armadura?)
• Si la tentación sigue, sal de la cama, vete a la cocina y come algo, incluso si es en medio de la noche e incluso si no tienes hambre (Atención: no simultanear cura de “desmasturbación” con dieta de adelgazamiento).
• Reza, pero mantén el problema fuera de tu mente y no lo menciones ni en tus oraciones. (Señor, ayúdame a no “piiiiiiiiiiip” y a ser buena persona)
• Si la tentación es muy fuerte, grita STOP a esos pensamientos en voz alta o ponte a cantar un himno. (Y la familia buscando un psiquiatra)
• Mantén tu vejiga vacía (eso sí, para ello, no se te ocurra tocarte, si eres hombre, sentadito, y si eres mujer, sin secarte).
• A veces es muy útil tener un objeto para usar cuando se te presenta este problema (¡¡¡¡Un objeto!!!! ¿¿¿¿¿Qué objeto?????). Por ejemplo una bíblia que mantengas toda la noche en la mano (¡¡¡ah!! ¡qué susto!)
• Idea un sistema de recompensa, por ejemplo, pon un euro en una hucha cada día que consigas no masturbarte. Al final del mes te puedes comprar algo que te guste. (¿¿Un consolador, por ejemplo????)

Viendo tanta norma rígida y tanta gana de no dejar en paz al personal, cada día reniego más de las religiones.

Y os dejo con una frase de un amigo mío, que siempre me hizo mucha gracia: “Masturbarte no está mal, pero follando conoces gente”.

Buen fin de semana.... ¡y las manos quietas!