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jueves, 5 de noviembre de 2009

ΦΑΝΤΑΣΤΙΚΟΣ, φανταστικός (fantasticós)

FANTÁSTICO: 1. adj. Quimérico, fingido, que no tiene realidad y consiste solo en la imaginación. 2. adj. Perteneciente o relativo a la fantasía. 3. adj. Presuntuoso y entonado. 4. adj. coloq. Magnífico, excelente.


Ando fatal de tiempo. Me he metido en unos cuantos proyectos interesantísimos, que me producen gran satisfacción, pero que me limitan la disponibilidad para sentarme a escribir tranquilamente. Pido disculpas por ello.


Tengo ahora un ratito, y unas cuantas cosas que han pasado, he leído o están a punto de suceder, me traen a la cabeza la palabra de hoy.


Por ejemplo, lo que está pasando con el PP y sobre todo la frase de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre a los periodistas “No hago declaraciones con zapatos planos” no sabría muy bien si relacionarlo con la primera, la segunda o la tercera acepción, pero desde luego algo tiene de fantástico.


No tengo dudas sin embargo con otros temas que van todos a la cuarta acepción: Es fantástico que mañana venga a visitarme mi sobrina Carmen. Es fantástico que probablemente le siga Inma y en diciembre mi hermana Mamen y mi cuñado Fernando. Es realmente fantástico que Cristina vaya a tener un bebé.


Y fantástico es lo que he leído hoy en El País: “Un brasileño de 59 años, que había sido dado por muerto en un accidente de tráfico, ha aparecido en su entierro después de pasar toda la noche bebiendo en un bar, han informado medios locales.


El albañil Ademir Jorge Gonçalves iba a ser enterrado en la localidad de Platina (al sur del país) el pasado lunes, día de los difuntos, después de que se le considerase muerto en un accidente ocurrido la noche anterior, después de que sus familiares reconociesen un cadáver como el suyo.

La sobrina de Gonçalves, Rosa Maria Sampaio, ha explicado a medios locales que su tío "pasó toda la noche bebiendo cachaça (aguardiente de caña) con los amigos".

Por la mañana, un amigo escuchó la noticia por la radio, y avisó a Gonçalves de que sus familiares pretendían enterrar a un hombre que habían confundido con él. Entonces, este fue al cementerio a toda prisa y dejó boquiabierto a todo el cortejo fúnebre.

El gerente de la funeraria, Natanael Honorato, ha afirmado que algunos de los familiares tuvieron dudas a la hora del reconocimiento, pero una de las tías y cuatro amigos confirmaron equivocadamente la identidad del muerto. "¿Cómo iba a imaginar que el cuerpo no era de la víctima? Si la propia familia, que conocía al sujeto, reconoció el cuerpo", ha explicado.

El albañil no perdió la vida pero sí sus ropas y el colchón donde dormía, ya que el dueño del apartamento en el que vivía (uno de los que reconocieron el cadáver) lo quemó todo”.


Vamos, que como dice la canción “No estaba muerto, que estaba de parranda”. Fantástico.