Gramática Griega on Facebook

viernes, 15 de enero de 2010

ΝΕΚΡΟΛΟΓΙΑ, νεκρολογία (necrología)

NECROLOGIA:Noticia comentada acerca de una persona muerta hace poco tiempo.


El año 2010 ha empezado con cara de pocos amigos.


El 7 de enero, una fatídica llamada de mi hermana desde España, me informó que mi primo Paco había muerto. De un infarto. De manera fulminante. Al salir de comprar tabaco. Y con 44 años. Cumplía 45 el día siguiente. No creo que sea este el lugar para trasladar mi pena, que es honda, aunque sí quería mandar desde este ciberespacio un fuerte abrazo a su mujer, a sus hijos, a mi tía y a mis primos. Como se dice por estos lares, “καλό ταξίδι” (buen viaje).


Y cuando se cumplía una semana justa de su muerte, y el cabreo con el mundo empezaba a remitir, llega Haití. Una vez más la Madre Naturaleza (que como dice Maruja Torres, en estos casos hay que escribir con mayúscula, como si escribiéramos Parca), se ceba con los más pobres. Un país que vive en la indigencia y que tiene multitud de problemas sociales y políticos vuelve a ser el epicentro (y en este caso nunca mejor dicho) de las iras de esta Madre que se convierte en Madrastra para flagelar a sus falsos hijos con el dolor, no sólo físico, sino también anímico, ese que no se olvida, ese que se recrea una y otra vez.


Que nadie pronuncie la palabra Dios... ¿Dios? Ella es Dios. En sus manos estamos. Ella puede hacer que nuestro corazón se detenga, que la tierra tiemble. No hay otro.


Y por si queríamos más pruebas, nos las da el recién nombrado obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, que ha asegurado, en declaraciones a la cadena SER, que "existen males mayores" que el que está sufriendo el pueblo de Haití tras el potente terremoto que asoló Puerto Príncipe hace dos días. Para Munilla mucho peor que las muertes, el dolor y el caos instalado en la isla caribeña, donde los muertos superan ya los 50.000, es "nuestra pobre situación espiritual y nuestra concepción materialista de la vida". Son dos defectos que caracterizan a nuestra sociedad, en opinión del obispo, y por los que "deberíamos llorar".


¿Qué clase de Dios puede terminar con la vida de un hombre joven, bueno y feliz, dejar a varias familias sumidas en la tristeza y arrasar un país que ya estaba lleno de problemas y sin embargo no tener al menos la delicadeza de dejar mudos a aquellos que, en su nombre, son capaces de decir semejantes estulticias?.


Que nadie le eche la culpa a Dios. No es culpable. Porque no hay Dios.