Gramática Griega on Facebook

martes, 14 de octubre de 2008

ΟΜΙΛΙΑ, ομιλία (omilía)

HOMILÍA: Razonamiento o plática que se hace para explicar al pueblo las materias de religión.

Me vais a perdonar que siga con el tema de la Iglesia Católica, pero es que es un filón.

Hace muchos años, cuando era pequeñita, iba a un colegio de monjas (sí, lo confieso, yo también he tenido un pasado oscuro). En una ocasión, ojeando una biblia de una compañera, me llamó la atención que estaba comentada, es decir, que había notas a pie de página explicando fragmentos del texto. En aquellos días pre- púberes, todo lo que tenía alguna pinta de “picante” nos encantaba. Me llamó la atención un asterisco indicando una nota a pie de página al final de la siguiente frase: “Cuando José conoció a María *”, rápidamente fui a leer la explicación, que me prometía cuasi erótica, ya que yo sabía por entonces lo que la biblia entendía por “conocer”. Mi desilusión fue terrible cuando en la anotación me encontré: “Conocer NO en el sentido bíblico de la palabra”. Pero ¿Cómo que no en el sentido bíblico? ¿Pues no lo decía la biblia?. Ahí empecé a aprender (lo terminé de aprender luego, en la carrera de derecho) lo caprichosa que era la palabra “interpretación”. Y ahora entiendo también la definición de homilía, esa charla que el cura nos daba después de leer el texto sagrado que tocara, explicándonos lo que le venía bien del mismo.

Leo hoy en El País dos textos que me llaman la atención: el primero, la noticia de que la Agencia Española de Protección de Datos ha decidido recurrir la sentencia del Supremo en la que no se consideraban los libros de bautismo como bases de datos y donde, por lo tanto, la iglesia no tenía la obligación de apuntar las apostasías. Vamos, que los curas no quieren que quede reflejado en los libros los que se “borran” (no se les vayan a llenar de tachones, digo yo).

Por otro lado, leo una de las cartas de “opinión” en la que una lectora cuenta que en 1977 se casó con su novio por lo civil, y para poder hacerlo tuvo que apostatar (me consta que era el uso, ya que mis hermanas se casaron por esa misma época y terminaron haciéndolo por la iglesia para evitar trámites y más trámites). El caso es que cuenta la señora que el representante de la iglesia frente al que apostataron, les quiso hacer saber, con aires inquisitoriales, que por esa acción suya iban a ser borrados de los libros y que además su apostasía quedaría archivada en el Tribunal de la Rota (como si de una mancha en una hoja de servicio se tratara).

¿En qué quedamos? ¿Nos apuntan o no nos apuntan?

Una vez más me viene a la cabeza la frase del actual Papa, sobre la que escribí la última entrada… “Sólo la palabra de dios es estable”.