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miércoles, 2 de julio de 2008

ΕΥΦΟΡΙΑ, ευφορία (euforía)

EUFORIA: Capacidad para soportar el dolor y las adversidades. Sensación de bienestar resultado de una perfecta salud o de la administración de medicamentos o drogas. Estado de ánimo propenso al optimismo.

Tres entradas da el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española a esta palabra. Y en las tres podría aparecer al lado una foto del seguidor medio de la selección nacional de fútbol.

Durante años se ha demostrado que se ha tenido una capacidad asombrosa para soportar el dolor y las adversidades. No había manera de que saliera nada bien, pero qué le íbamos a hacer, había que aguantar.

La sensación de bienestar no era lo que más se daba después de los partidos, aunque probablemente sí la ingestión de medicamentos o drogas más o menos legales para pasar el mal rato.

Eso sí, la propensión al optimismo siempre ha existido. El “este año sí”, o el “ya verás lo que hace la furia española” se han mantenido impertérritos fiasco tras fiasco.

Pero hete aquí que llega un puñado de chavales ilusionados, (me debo estar haciendo mayor, me parecen todos jovencísimos), se lo toma en serio, y de repente, de sus botas sale el mejor fútbol del mundo. ¡Qué diferencia de juego! ¡Qué placer verles en acción! Y ese Luis, que ha estado convencido siempre (a veces creo que era el único) de tener un equipo para ganar.

Ví todo el campeonato en Atenas, y sola. Mi marido estaba de viaje (aunque llegó a los últimos 5 minutos de la final) y los amigos muy liados. Disfruté un montón viendo los partidos cuando ya mis niñas dormían. Oír cómo los comentaristas griegos llamaban a Luis “O sofós tis Hortalezas” (el sabio de Hortaleza) me provocaba la carcajada. Ver a los chicos jugar como ángeles e ir dejando atrás a las otras selecciones una por una, ha sido una delicia.

No lo he pasado bien del todo. Eso de saltar sola y sin poder gritar para que las niñas no se despierten es una lata. Me he emocionado como una imbécil, y en eso, ves, sí que me he quedado a gusto. Como nadie me veía…

Cuando Grecia ganó la Eurocopa hace cuatro años, yo estaba en Madrid, y me dio mucha rabia. Ahora que gana España, yo estoy aquí. Una putada.

Pero, anécdotas aparte, me quedo con el juego de la selección. Con ese fútbol bonito que parecía que ya no se iba a ver en un europeo. Con esta selección que realmente ha unido a España en un solo grito y que ha hecho ondear banderas sin que los obispos ni el PP tengan nada que ver.
La Roja.
Como yo.