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miércoles, 14 de octubre de 2009

ΦΑΙΝΟΜΕΝΟ, φαινόμενο (fenómeno)

FENOMENO: 1. m. Toda manifestación que se hace presente a la consciencia de un sujeto y aparece como objeto de su percepción. 2. m. Cosa extraordinaria y sorprendente.3. m. coloq. Persona o animal monstruoso. 4. m. coloq. Persona sobresaliente en su línea.5. m. Fil. En la filosofía de Immanuel Kant, lo que es objeto de la experiencia sensible. 6. adj. coloq. Muy bueno, magnífico, sensacional. Es un tío fenómeno. U. t. c. adv. Lo pasamos fenómeno.


Desde que, el pasado cuatro de octubre, el Pasok, con Giorgos Papandreu a la cabeza, ganó las elecciones generales griegas, me estoy encontrando con un extraño fenómeno: cuando hablo con la gente, aquí en Atenas, incluso con muchos que, me consta, ni han votado ni votarán en su vida por un partido de izquierdas, veo que casi todos piensan que Papandreu “lo está haciendo muy bien”. La cosa me llama la atención, no porque dude del buen hacer de este hombre (ni tampoco del mal hacer, siendo como es un político), sino por los escasos 10 días que han pasado desde las elecciones. Ignoro qué les lleva a hacer tales declaraciones. ¿Será porque ha metido a muchas mujeres en su gobierno? No creo. ¿O porque se ha hecho cargo personalmente de la cartera de exteriores para asegurarse que tanto a la cuestión chipriota como la del discutido nombre de Macedonia tengan la preeminencia que los griegos esperan? Pues igual.


También puede ser que todo se deba a unas enormes ganas de que algo cambie y que este país empiece a funcionar en algunos temas que necesitan un gran empujón y que han sido históricamente ninguneados por los gobiernos conservadores (y no sólo conservadores, el propio padre de Papandreu fue el jefe de uno de los gobiernos más corruptos que se recuerdan). Habrá que esperar a que pase el tiempo y seguir preguntando para ver si esta euforia post-electoral continúa.


Ahora, que para fenómeno, lo que está sucediendo entre el PP de Valencia y el PP nacional. Llevo dos días pegada a los medios de información españoles para ver como va el “culebrón Costa”. Que ahora te echo, que ahora me voy a hacer el camino de Santiago, que ahora leo un comunicado para que todos se pongan nerviosos, que ahora resulta que no me han echado pero a los de Madrid les decimos que sí... El tal Costa, desde luego, se merece como adjetivo calificativo la palabra de hoy: él solito ha conseguido que se tambaleen todos los buenos propósitos que se habían hecho tanto Rajoy como Camps. Se acabó la indiferencia.


Con tanto lío de comunicados, hoy he decido abandonar la “prensa seria” y darme una vuelta por El Jueves, donde, aparte de la siempre polémica (y en mi opinión, sobre todo divertida) manera de tratar las noticias reales (me refiero a las del verdad, no a las de la corona), cuentan con un apartado que se llama precisamente así: “prensa seria”, donde recogen noticias que aparecen en distintos medios de comunicación del mundo, y que son serias, en el sentido de que no están “interpretadas” por los periodistas de El Jueves, sino que están copiadas al dedillo de dichos medios. Y mira tú por dónde, he encontrado algo que le puede servir a los dirigentes del principal partido de la oposición. Vean:

"Zoe, del sur de Gran Bretaña, subastaba a su abuela, de 61 años, sin precio de salida, y la describía como «rara, molesta y que se queja mucho». Pero también que la mujer era «muy cariñosa, le gustan las búsquedas de palabras y disfruta bebiendo té». La oferta recibió 27 pujas antes de que la empresa de subastas la retirara."


¿Han pensado en subastar al Sr. Costa? Porque me parece que no se lo van a quitar de encima fácilmente.





viernes, 9 de octubre de 2009

ΔΥΝΑΣΤΕΙΑ, δυναστεία (dinastía)

DINASTÍA:1. f. Serie de príncipes soberanos en un determinado país, pertenecientes a una familia. 2. f. Familia en cuyos individuos se perpetúa el poder o la influencia política, económica, cultural, etc.


No voy a hablar en esta entrada de la primera acepción del diccionario. Con todos mis respetos hacia las monarquías, me parece una institución, cuando menos, algo obsoleta, por lo que mis palabras de hoy irán dedicadas a las otras, a esas familias en las que se perpetúa el poder, la influencia política y demás.


El domingo pasado se celebraron las elecciones generales en Grecia y como todos sabéis, el nuevo Primer Ministro Griego es Giorgos Papandreu, del Pasok, el partido socialista. Lo que a lo mejor no sabéis todos, o al menos no los más jóvenes, es que el padre del Jefe del ejecutivo, Andreas, también fue Primer Ministro.


Papandreu “el hijo”, como se le conoce por aquí, ganó con mayoría absoluta y desbancó del poder a Kostas Karamanlís, quien a su vez es sobrino de Konstantinos Karamanlís, quien fue, no sólo Primer Ministro en dos ocasiones, sino Presidente de la República Griega.


Parece pues que por estos lares son bastante dados a quedar “familiarmente” afectos al poder. Pero no son los únicos. Ya sabíamos que el ex-presidente del gobierno español, Aznar, recogió el testigo político de manos de su abuelo Manuel. Pero por lo que en estos días se está desvelando ( y que el secreto de sumario no había dejado saber) sobre la trama “Gürtel”, parece que la “Gran Familia” del PP no le anda a la zaga a la continuidad en las influencias, en este caso no sólo de poder sino, sobre todo, económicas.. Paso mis ojos por las noticias relacionadas con el caso y me encuentro con muchos “familiares” conocidos: Aznar, Agag, Botella, Bárcenas, su mujer... Bonito panorama tenemos. Esto si que es “Dinastía”... pero la de la tele.


Hablando ahora de esta familia, la de Aznar, me viene a la cabeza otra, con la que tuvo estupendas relaciones: la “dinastía” Bush. También ahí padre e hijo se dedicaron a lo mismo (y no me refiero, aunque también, a poner el mundo patas arriba, sino a la política). Y de “dinastía horizontal” calificaría yo la de los Clinton.


Y justo cuando estoy escribiendo estas líneas, me entero de que le acaban de conceder el Premio Nobel de la Paz a Barack Obama. De momento sabemos que él ha sido el primero de su familia en dedicarse a esto (y eso que la esposa apunta modales), y no sabemos lo que deparará el futuro, pero espero que no haga que a los de la Academia Sueca se les atragante la decisión de concederle el premio metiendo a su país y al mundo en guerras de conveniencia y que, si alguien de su familia sigue su senda, que la siga por el camino no sólo de la paz, sino de la honestidad... y no como otros.

viernes, 2 de octubre de 2009

ΑΓΩΝΙΑ, αγωνία (agonía)



AGONIA 1. Angustia y congoja del moribundo; estado que precede a la muerte. 2. f. Pena o aflicción extremada. 3. f. Angustia o congoja provocadas por conflictos espirituales. 4. f. Ansia o deseo vehemente. 5. f. Lucha, contienda.


Escribo estas líneas el día en que se decidirá cual será la sede para los Juegos Olímpicos de 2016: Chicago, Rio, Tokio o Madrid. Cuando la mayoría de vosotros leáis esto, ya sabréis el resultado, pero ahora mismo todo está en el aire. Nunca se había visto tal despliegue diplomático para apoyar a las candidaturas.


Relacionado con este tema, aunque sólo sintácticamente, está lo que me viene a la cabeza cuando leo la entrada 1 de la palabra de hoy: es también Olympic, pero no tiene nada de lúdico, me refiero a la línea aérea griega, que acaba de cambiar de dueños y empezar una nueva etapa: cuando la compró Onassis, se llamaba Olympic Airways, después de quebrar por primera vez, pasó a llamarse Olympic Airlines, ahora, vamos con la tercera, es Olympic Air. El caso es que en los últimos meses, esta línea aérea nos ha estado tratando bastante mal a los pasajeros que volábamos a Madrid: retrasos, cambios de aviones, mal servicio. Aunque nos hemos quejado oficialmente y por escrito, nada ha pasado. Ahora ya sé por qué: estábamos presenciando la agonía del vuelo Madrid-Atenas de Olympic. Ya no existe. Afortunadamente Aegean ha creado el mismo vuelo a partir del 1 de diciembre. Espero que nos den mejor servicio, y desde luego, si puedo evitarlo, no volveré a utilizar Olympic. Que manera de desacreditar un nombre.


Pero sigamos con el tema del día y con las entradas de la definición: Pena o aflicción extremada: la que nos entrará si el presidente del COI no pronuncia el nombre de nuestra ciudad en último lugar. Después de estos dos intentos, creo que no habrá un tercero, al menos no en corto plazo. Me gustaría ver unos juegos olímpicos en Madrid.


Angustia o congoja provocada por conflictos espirituales: Intento convencerme de que lo más probable es que no salga, que nos van a dejar otra vez compuestos y sin novia, y que no se va a acabar el mundo por ello, pero siempre he vivido en un ambiente deportivo y soy de esas que todavía se emociona viendo la entrega y el esfuerzo al que se someten los deportistas, especialmente en los Juegos Olímpicos. Encima, en esta ocasión mi cuñado Fernando forma parte de la delegación española, y me imagino que debe estar de los nervios, viviendo una experiencia excepcional, pero de los nervios al fin y al cabo.


Ansia o deseo vehemente: Que nos los den, hombre, que lo merecemos, que la vez anterior nos quedamos a las puertas y que si no llega a ser por Alberto de Mónaco (que por cierto dice estar muy arrepentido del efecto que tuvieron sus palabras) y por el representante griego del COI que se equivocó en la votación (vaya, precisamente griego tenía que ser), estaríamos hoy tan tranquilos y casi preparándonos para la apertura en 2012.


Lucha, contienda: Porque no se va a tirar la toalla hasta el último momento, que si los señores del COI estuvieran enterados de los tejemanejes políticos internos que se traen por nuestro país, estarían más que impresionados por el nivel de cohesión en todos los estamentos.


Y la verdadera agonía, es pensar que, si no nos lo dan, el mundo se va a perder la oportunidad de unir el disfrute de asistir a unos juegos olímpicos y de pasar unos días inolvidables en mi Madrid del alma.


Señores del COI: Tenemos una corazonada... fíense de nosotros.