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lunes, 16 de marzo de 2009

ΔΙΛΗΜΜΑ, δίλημμα (dílima)

DILEMA: Argumento formado por dos proposiciones contrarias disyuntivamente, con tal artificio que, negada o concedida cualquiera de las dos, queda demostrado lo que se intenta probar. // Duda, disyuntiva.

Recuerdo que en mis años de adolescente, tenía unas cuantas frases hechas que utilizaba a menudo cuando quería hacer ver que algo me estaba afectando negativamente. “Me tiro al metro” o “Me corto las venas”, eran cosas que yo decía con asiduidad y sin ningún tipo de seriedad. A veces, de manera claramente humorística, como cuando las cambiaba por “No sé si tirarme al metro…o al revisor” o “No sé si cortarme las venas… o dejármelas largas”.

En una ocasión solté “Yo me tiro al metro” cuando me acababan de notificar un suspenso en matemáticas, con la mala suerte de que lo oyó una profesora y a la pobre le dio por preocuparse y no dejarme ir a casa. Por mucho que le expliqué que lo decía por decir, que el suspenso me fastidiaba el verano, pero nada más y que para ir a mi casa no tenía que coger el metro, porque vivía al cruzar la calle, la buena señora me tuvo retenida una media hora, me hizo tomarme una infusión relajante y convenció a una compañera para que me acompañara y así asegurarse que no eran ciertas mis exclamaciones de tendencias suicidas.

Os cuento esto porque me llama la atención las reacciones que se están dando tras el trágico suceso de Winnenden. En los periódicos se ha publicado que el asesino advirtió de sus sangrientos planes en un chat de Internet.
Parece que el joven dijo "Estoy harto. Harto de esta vida horrible. Siempre lo mismo. La gente se ríe de mí. Nadie me aprecia. Lo digo en serio. Tengo armas; mañana iré a mi ex colegio y haré una barbacoa en condiciones. Oirás hablar de mí. Recuerda el nombre del sitio: Winnenden"
La policía ha confirmado que el mensaje era falso, y que no podía asegurar que hubiese salido del ordenador del asaltante.

Dos días después de los hechos, La policía alemana acordonó un colegio en el suroeste del país, después de descubrir una nota de aviso en un chat de Internet alertando de planes violentos para la escuela.

Y me pregunto yo, ¿cuál es la diferencia entre mis “me tiro al metro” y el “haré una barbacoa en condiciones”? Pues creo que ninguna. Son palabras que se lleva el viento.

Las palabras no matan… las armas sí.

Entonces -y he aquí el dilema- ¿tomamos como profética cualquier chorrada que a un adolescente se le ocurra decir en un chat? ¿No habría que conocer mejor lo que pasa por la cabeza de nuestros hijos y -sobre todo- tener un mayor control de las armas?