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lunes, 13 de diciembre de 2010

ΙΣΤΟΡΙΑ, ιστορία (istoría)


HISTORIA: (Del lat. historĭa, y este del gr. ἱστορία).
1. f. Narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados.
2. f. Disciplina que estudia y narra estos sucesos.
3. f. Obra histórica compuesta por un escritor. La historia de Tucídides, de Tito Livio, de Mariana.
4. f. Conjunto de los sucesos o hechos políticos, sociales, económicos, culturales, etc., de un pueblo o de una nación.
5. f. Conjunto de los acontecimientos ocurridos a alguien a lo largo de su vida o en un período de ella.
6. f. Relación de cualquier aventura o suceso. He aquí la historia de este negocio.
7. f. Narración inventada.
8. f. Mentira o pretexto.
9. f. coloq. Cuento, chisme, enredo. U. m. en pl.

Hace unos meses, la madre de una amiga inglesa me regaló un libro que ella acababa de leer. Se trataba de “The Return” El Retorno, de la escritora también inglesa Victoria Hislop. Cuando me lo dio, me comentó que creía que me podía gustar, que a ella le había apasionado, y eso que no conocía nada de lo que había pasado en España en la Guerra civil. “No sabía que es lo que había hecho Franco. Me ha puesto los pelos de punta”. 
Yo ya había leído la primera novela de esta escritora, “La Isla” y que trata de una leprosería que existía en una isla cercana a Creta, aquí en Grecia. Y me había gustado mucho, pero no podía juzgar mucho acerca de la veracidad de los datos utilizados por mi desconocimiento del lugar y de la época en la que transcurría.
Empecé el libro -al fin y al cabo, un bestseller de los llamados “lectura de playa”- con ciertas reservas. No tenía todas conmigo acerca de lo documentado que pudiera estar, ni de los conocimientos que esta mujer -todavía joven- pudiera tener de lo que pasó en nuestro país entre los años 36 y 39. Confieso que cuando vi que la excusa que ponía la escritora para mandar a la protagonista de la novela a pasar una temporadita en España eran unas clases de salsa, se me torció el gesto: “Otra que confunde lo español con lo latino”, pero seguí leyendo y me di cuenta de que no, que no lo confundía en absoluto, sino que lo utilizaba como truco para resaltar lo marginal del flamenco en aquellos días. Poco a poco me fui enganchando a la novela y en ella pude reconocer, aunque en inglés y desde el punto de vista de una extranjera, la terrible brecha que se había abierto en España por aquellos acontecimientos. Brecha que, setenta años después, sigue dolorosamente abierta.
El libro me gustó, me entretuvo, me emocionó y me hizo llorar de pena y de rabia. Y al final del libro, todavía encontré un documento -escrito por la misma Victoria Hislop- que me conmovió, y que me gustaría compartir con vosotros. Traduzco literalmente:
“El golpe militar liderado por el General Francisco Franco en Julio de 1936 pretendía ser rápido y decisivo, pero lo que hizo fue desembocar en una guerra civil que duró tres años y que devastó el país. Medio millón de personas murieron y un número similar tuvo que exiliarse. 
Después de 1939, cientos de miles de republicanos todavía languidecían en prisión y muchos fueron ilegalmente ajusticiados y enterrados en fosas comunes. Aquellos que habían luchado contra Franco experimentaron años de represión e incluso cuando el dictador fascista murió en 1975, mucha gente en España todavía silenció su experiencia. Hubo, en efecto, un “pacto de olvido”.
Treinta años después de que Franco muriera se dio un significativo paso adelante con la aprobación de la “Ley de la memoria histórica”, en octubre de 2007, bajo el gobierno del socialista José Luis Rodriguez Zapatero, cuyo abuelo había sido uno de los ejecutados por Franco. La ley condenaba formalmente el alzamiento y la dictadura de Franco, instaba a acabar con los símbolos y referencias al régimen en edificios públicos y ordenaba la retirada de monumentos que honraran a Franco. El último de ellos fue finalmente echado abajo en Santander en Diciembre de 2008.
La ley también declaró ilegales los juicios políticos a los opositores a Franco y se instó a los ayuntamientos a que facilitaran la exhumación de los cuerpos enterrados en fosas comunes.
En enero de 2009, se otorgó el derecho a solicitar la nacionalidad española a las 500.000 personas cuyas familias habían tenido que abandonar España bajo el régimen de Franco. Se trata de hijos, o de nietos de aquellos que huyeron por miedo a las persecuciones que se dilataron hasta 1955.
Casi setenta años desde que la guerra civil terminó, el “pacto de olvido” ha sido finalmente roto. Bajo mi punto de vista, es un motivo de celebración.”
Bajo el mío también, señora Hislop, aunque cueste lo que está costando. Enhorabuena por su trabajo.