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jueves, 30 de abril de 2009

ΦΥΤΟΘΕΡΑΠΕΙΑ, φυτοθεραπεία (fitozerapía)

FITOTERAPIA: Tratamiento de las enfermedades mediante plantas o sustancias vegetales.

Llega Mayo, el mes de las flores. En Grecia, el primero del mes, es tradición colgar en la entrada de la casa, o en el balcón, una guirnalda de flores, que en muchos casos es artesanal y realizada por todos los miembros de la familia. Si no es hecha en casa, entonces la pagarás al triple de su precio normal, que esto también es tradición en Grecia (y en casi cualquier sitio, me parece a mi).

En mi barrio, todos los años por estas fechas se inaugura en el parque municipal una feria de flores, donde puedes comprar todo tipo de plantas, semillas, adornos y accesorios y admirar algunos stands que recrean distintos tipos de jardines.

Todo muy bonito y muy colorido.

Me parece preciosa esta costumbre que, de alguna manera, anuncia que el (habitualmente) largo verano griego, está por llegar.

La pena es que, ahora que empieza el buen tiempo y lo que apetece es pasear por la calle, nos encontremos con la otra vertiente de la presencia del reino vegetal. Resulta que desde hace ya mucho tiempo, una ordenanza municipal permite al propietario de una casa, plantar cuantos árboles quiera, no ya en su parcela, sino en la acera que lo circunda, lo cual implica, que el paseo se complique.

Las aceras no son suficientemente anchas, y hay veces que los árboles te impiden el paso. Además suelen tener raíces poderosas que, en cuanto empiezan a crecer, destrozan las baldosas, por lo que es necesario ir mirando al suelo si no quieres tropezarte con alguna de ellas. Y ya no te digo si el paseo lo quieres hacer con un carrito para niños. Haces la mitad del trayecto por la calzada.

En otras ocasiones me he quejado aquí de los coches que aparcan en las aceras. Pero casi me parece más triste tenerme que quejar de que los que invadan las aceras sean árboles. Sobre todo porque los pobres no tienen la culpa de nada. La culpa la tiene alguna cabeza “pensante” que un día promulgó esta ordenanza.

¡La cantidad de terrenos quemados que se podrían reforestar con todos estos ejemplares condenados de por vida a romper aceras! Y es que está muy bien plantar árboles, pero con un poco de orden ¿no?.

lunes, 27 de abril de 2009

ΟΡΘΟΔΟΞΙΑ, ορθοδoξíα (orzodoxía)

ORTODOXIA: Conformidad con doctrinas o prácticas generalmente admitidas.//Conformidad con el dogma de una religión.// Entre católicos, conformidad con el dogma católico.// Conformidad con la doctrina fundamental de cualquier secta o sistema.// Conjunto de las iglesias cristianas orientales.

No me gustan las religiones. Creo que, en los tiempos en los que andamos, están creando muchos más problemas que soluciones. Sólo hay que ver todos los conflictos bélicos que tenemos por el mundo. La mayoría de ellos han sido provocados, al menos en su origen, por diferencias de fe.

La constitución griega garantiza la libertad absoluta de religión, aunque establece como “prevalente” la religión Ortodoxa Griega, con sede en Constantinopla (Estambul, en griego), hoy parte de Turquía pero antiguamente capital del Imperio Griego Bizantino.

La doctrina ortodoxa está presente en el día a día de la vida actual en Grecia. En Semana Santa, por ejemplo, todo el mundo participa de las tradiciones que la iglesia mantiene para estos días. Incluso la gente que no es practicante toma parte en estos actos y trata de trasmitírselos a los miembros más jóvenes de la familia. La noche del Sábado Santo, por ejemplo, casi todo el mundo se acerca a la iglesia a las 12 de la noche para recibir “la nueva luz” en forma de vela, (hay todo un mercado alrededor de las vistosísimas velas para niños) que llevan a su casa donde les espera una gran cena con todos los manjares que han estado prohibidos durante la cuaresma. En un ambiente festivo –en casi todas los templos hay fuegos articiales- la gente se felicita una a otra con el tradicional “Jristos Anésti” (Cristo ha resucitado), invariablemente contestado por el “alizós anésti” (verdaderamente ha resucitado), y el “Jrónia Polá” (por muchos años), que recuerda al “Feliz año nuevo” que todos nos deseamos el primero de año. El domingo, el olor a cordero a la brasa inunda el país. Todas las familias se reúnen para comer e incluso algunos hoteles ofrecen la posibilidad de celebrar la fiesta en sus jardines. Hasta se intercambian regalos, como en navidad.

De todos es sabido que los sacerdotes ortodoxos pueden casarse (eso sí, antes de ordenarse, una sóla vez en su vida y con mujer de “buena fama”, nunca antes casada), y tener hijos, por lo que no es improbable encontrarse con un ensotanado cura griego en, por ejemplo, las reuniones de padres del colegio.

Este tipo de cosas me han llamado la atención desde siempre. Son aspectos que me hacen pensar en una religión mucho más cercana al pueblo que la católica, mucho menos restrictiva, más “relajada”. Pero, eso sí, siempre presente. Demasiado presente, a veces.

Por eso, me ha sorprendido muchísimo, y gratamente, saber de esta cuestión que paso a relataros. El protagonista es mi amigo (y padrino de mi boda) Manos (sí, ya se que suena raro si es la primera vez que lo oís, pero el nombre sería “al cambio” nuestro Manolo).

Desde hace ya mucos años Manos, como muchos otros griegos, quieren seguir manteniendo sus tradiciones, pero no quieren que la iglesia esté tan unida al Estado. Hace mucho que perdieron la fe (si es que alguna vez la tuvieron) y no quieren pertenecer formalmente a esta iglesia. O sea, quieren apostatar, eso que tanto nos cuesta conseguir a los católicos.

Manos decidió enterarse de cómo podría hacerlo y se fue a una oficina de información al ciudadano (los KEP de los que ya he hablado en alguna otra ocasión). La señorita que le atendió, al saber de su interés de darse de baja en la iglesia ortodoxa, le preguntó muy naturalmente ¿Para hacerse de qué religión?, a lo que él contestó “A ninguna, no quiero pertenecer a ninguna religión”. La funcionaria se quedó un poco sorprendida por tal deseo, pero, quizá llevada por la curiosidad o por un encomiable sentido del deber, le dijo que no podía decirle en ese momento cómo lo tenía que hacer ya que no disponía de información sobre ello, pero que le diera una semana, y tendría la solúción.

Mi amigo volvió y la señorita le contó que debía ir al registro civil en el que estuviera inscrito, y hacer allí su declaración. Así lo hizo.

El otro día vino a cenar a casa y me tendió con cara de orgullo una hoja de papel. Era su certificado de nacimiento, en el que también aparecía (para que os hagáis idea de hasta qué punto están unidos religión y Estado), su partida de bautismo. Bajo esta última, habían añadido el siguiente asiento:

“Cambio de religión. Con fecha 11/03/09 , el Sr (nombre completo de mi amigo) declara que desea no pertenecer a religión alguna. Esta declaración ha sido hecha por él libremente, sin ningún ejercicio de presión, ni psicológica ni de ningún tipo (cumpliendo la recomendación legal 687/91), y así lo declara el niño (sic) con el carnét de identidad nº………”

Y ya está. Ya no es ortodoxo. Así de fácil. Aunque seguramente seguirá asistiendo a las cenas del Sábado Santo y haciendo el cordero. Y no me resultaría demasiado raro verle comprar velas a sus futuros hijos para ir con ellos a recibir el fuego purificador (que por otro lado tiene unas raíces claramente paganas).

Y yo, sin embargo, aunque probablemente (vistas las dificultades) seguiré perteneciendo a esa iglesia a la que me inscribieron cuando nací, no creo que jamás lleve a mis hijas a una misa, ni quiera ver con ellas una procesión, y por supuesto, nunca rechazaremos (a ellas les gusta tanto como a mi) un buen jamón aunque sea Viernes Santo.

viernes, 24 de abril de 2009

ΟΜΟΛΟΓΟΣ, ομόλογος (omólogos)

HOMÓLOGO: Análogo, que presenta homología, relación entre las personas que ejercen cargos iguales en ámbitos distintos.

Acabo de volver de las vacaciones de Semana Santa (ortodoxa, de ahí el desfase horario) y hojeando periódicos de días pasados, me encontrado con las declaraciones hechas por Nicolás Sarkozy sobre su homólogo español, o sea, nuestro presidente.

Parece que en relación a la decisión tomada por Zapatero de reducir la publicidad en la televisión pública y en una conversación informal con medios de comunicación, Sarkozy alardeó de que el Gobierno español había puesto como ejemplo una iniciativa suya similar, y añadió, refiriéndose a nuestro presidente, “puede que no sea muy inteligente”

Días después, y debido a la polémica inmediata que se generó en España y el interés suscitado en los medios nacionales, El Elíseo desmentía “formalmente” dicha declaración.

Hoy publica “El País” que Zapatero, en una entrevista a “Le Monde”, ha asegurado que “todos los comentarios del presidente francés son siempre positivos”.

Puede que Zapatero, con ese talante suyo, haya interpretado que sí, que efectivamente el comentario del presiente galo tiene su lectura positiva: no es muy inteligente ir por ahí copiando lo que hace Sarkozy. Igual le ha venido a la cabeza la imagen del mandatario francés en la cumbre del G-20, tocándole el culo a su señora mientras guiñaba un ojillo a los periodistas como diciendo “es mía”. Es verdad, no es inteligente copiarle.

En todo caso, y zanjado ya el asunto para que no enrarezca la visita de Estado que Sarkozy hará próximamente a España, no quiero dejar de citar las declaraciones que hizo el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons: “Yo no me alegro de que diga eso, aunque tal vez tenga razón. Pero Zapatero es nuestro presidente y, sea como sea, si le atacan de fuera tendremos que defenderle”.

Toda una declaración de solidaridad, vamos.

lunes, 13 de abril de 2009

ΜΟΔΑ, μόδα (móda)

MODA: Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos.

En Estados Unidos se está preparando un nuevo “reality show”, que seguro va a traer cola. Se llama “Someone’s gotta go” (alguien se tiene que ir), y consiste en sacar a la luz de las cámaras el problema con el que se encuentran a menudo las empresas por causa de la crisis económica: los despidos. En este programa, cada participante tendrá a su disposición toda la información sobre los demás trabajadores que estén en su misma situación (sueldos, evaluaciones laborales, etc), y al final de cada semana, votarán quién de sus compañeros se va (pero de verdad, no sólo del programa, sino de la empresa).

No hay mucha información sobre el tema todavía. No sé cómo seleccionan a las empresas, ni sé si la participación es voluntaria o “inducida”. Ignoro qué ganancia saca el que termina el programa (¿se queda solo en la empresa? ¿le dan más vacaciones?¿le doblan el sueldo?). Algún gancho tendrá que haber para que la gente quiera participar, digo yo.

Lo que si ha trascendido es que “El jefe es intocable”, esto quiere decir, según explicó un ejecutivo de la productora de dicho programa, que se le podrá criticar y los empleados podrán airear su rabia y frustración con el líder de la empresa, (sabiendo, claro, que les estarán escuchando millones de personas) pero no lo podrán despedir. Mira qué bien.

Oigan, ¿y por qué no complementan el programa con la nueva moda francesa? Si, la de secuestrar a los jefes cuando la empresa se empieza a plantear reducciones de plantilla. Yo creo que así sería más interesante. ¿no?. O sea, se planifica todo para que sean los trabajadores los que vayan saliendo del programa –y del trabajo- semanalmente, pero existe la opción de que los concursantes se pongan de acuerdo y secuestren al jefe. Todo al a vista de los telespectadores que, como no tendrán otra cosa que hacer ya que seguramente ellos ya habrán perdido su trabajo, estarán locos de contentos por poder ver en directo lo que a ellos mismos les hubiera gustado hacer si les hubieran dado la oportunidad: enterarse de lo que gana el prójimo, criticarle para que le echen, regocijarse con el despido ajeno, y si no, aliarse con el resto de trabajadores para que sea el jefe el que pague por todos.

Como diría un griego: “Δεν είμαστε καλά” (No estamos bien).

Καλό Πάσχα!

jueves, 9 de abril de 2009

ΔΡΑΜΑ, δράμα (dráma)

DRAMA: Obra de teatro o cine en que prevalecen acciones y situaciones tensas y pasiones conflictivas. Suceso de la vida real, capaz de interesar y conmover vivamente.

Es una pena que el drama al que me refiero no responda a la primera entrada del diccionario. Lo que ha pasado en Italia –lo que sigue pasando, ayer hubo otra réplica casi tan fuerte como la primera- pone los pelos de punta. Desde el lunes, cuando me enteré de la noticia por la televisión, he ido viendo como el número de muertos y desaparecidos ha ido incrementándose. Cada vez que entraba en la página web del El país, eran más, primero dijeron que veinte, luego que cincuenta, enseguida llegaron a los 100, ahora pasan de 270 y encima siguen muertos de miedo porque la tierra no deja de temblar. Y hace frío, porque están rodeados de montañas.

Me asombra la fuerza de la naturaleza. Es como si los hombres, jugando a ser malos, cometieran tropelías tipo ataques terroristas, guerras y demás lindezas, y de vez en cuando, llegara la naturaleza y ¡zas!, nos dejara clarito a todos que mucho cuidadín, que ella también se enfada, y cuando lo hace no hay piedad ni descanso.

Otras veces, esta naturaleza nos muestra que puede ser realmente diabólica, como cuando vemos a este supuesto ser humano (que cada vez lo parece menos, porque de tanto estirarse la piel parece la figura de cera de sí mismo) que es Berlusconi, decir refiriéndose a los damnificados: "Están bien aquí, reciben un magnífico apoyo y amabilidad por parte de nuestros equipos de salvamento. No les falta de nada, tienen medicamentos y alimentos, comida caliente...". "Por supuesto todo es absolutamente provisional y, por eso, hay que tomarlo como un fin de semana de cámping".

Un drama lo de L’Aquila. Otro drama que Berlusconi no estuviera allí en el momento del terremoto.

Coraggio Amici.

lunes, 6 de abril de 2009

ΑΤΛΑΣ, άτλας (átlas)

ÁTLAS: Nombre del gigante que se suponía sostenía con sus hombros la bóveda celeste. Colección de mapas geográficos, históricos, etc, en un volumen.

Átlas, el de la primera acepción del diccionario, era un Titán hijo de Jápeto y la ninfa Clímene. Los titanes eran, según la mitología griega, los dioses que gobernaban la tierra en la llamada “edad dorada” , antes de los dioses olímpicos. Los hermanos de Átlas fueron Prometeo, Epimeteo y Menecio.

Átlas y Menecio se unieron a Cronos y a los Titanes en su guerra infructuosa contra los moradores del Olimpo. Zeus mató a Menecio con un rayo, pero perdonó a Átlas, a quien condenó a soportar el peso de los cielos sobre sus espaldas para toda la eternidad.

Átlas era el padre de las Pléyades, de las Híades y de las Hespérides, y ha sostenido los cielos desde entonces, excepto cuando Heracles (Hércules) lo relevó temporalmente de la tarea. Algunos dicen que Perseo petrificó a Átlas, convirtiéndole en el monte de su mismo nombre, cuando le enseñó la cabeza de la gorgona.

Esto es lo que cuenta Robert Graves sobre Átlas en su magnífico libro “Los Mitos Griegos”.

Y continuando con libros, con mitología, y con la palabra que hoy nos ocupa, quisiera recomendar un libro: “Atlas Mitológico de Grecia”.

Este libro lo descubrí porque me lo regalaron al suscribirme a un periódico griego que se publica en inglés, el "Athens News". Cuando llegó a mis manos, me sorprendió ver que los autores eran españoles: Pedro Olalla y Aránzazu Priego.

La información que se encuentra en este atlas proviene exclusivamente de los textos de la antigüedad clásica. El autor, después de reorganizarla,ha elaborado un libro que pretende más que ser una obra de referencia, ser usado. Porque, no sólo incluye un detallado listado de todos los lugares de la Grecia clásica indicando el estado en que se encuentran hoy, sino un completo listado de las fuentes literarias en que se les hace referencia.Un insólito catalogo de todos los lugares de la antigua Grecia con referencia a su estado de conservación actual, un completo inventario de fuentes literarias que testimonian cada lugar y cada mito, la compilación bajo un solo relato de las múltiples informaciones sobre cada personaje mitológico dispersas por las obras de los diferentes autores clásicos, una cuidada y sugerente documentación fotográfica y literaria y el mas profuso y actualizado mapa de viaje de Grecia confluyen en esta obra.

A mi el libro me lo mandaron en inglés, pero lo podéis encontrar en castellano, en la Librería Aurea.

La única pega que le encuentro es que, aun siendo un libro para viajes, no es muy manejable para llevártelo, por lo que recomiendo que, si se va a hacer un viaje a Grecia y se sabe el itinerario, se consulte el Átlas antes de salir.

jueves, 2 de abril de 2009

ΠΑΡΩΔΙΑ, παρώδια (paródia)

PARODIA: Imitación burlesca

Esta semana estoy intentando llevar a cabo unas cuantas gestiones (nótese que digo intentando). En algún otro lugar de este blog he hecho ya referencia a lo difícil que te pueden poner las cosas aquí (ver “periplo”).

Bueno, pues hace unas semanas me enteré de la existencia de unas oficinas llamadas KEP (centros de servicio al ciudadano), que existen en cada municipio, donde se centralizan temas burocráticos evitando tener que ir de ventanilla en ventanilla. Me sorprendió, al ir al correspondiente a mi municipio, que estuviera casi vacío. O la gente no los conoce, o no funcionan, pensé.

Entre las cuestiones que quería preguntar en este centro estaba la renovación y la emisión respectivamente, del pasaporte de mis hijas. Me informaron de que todo el tema de los pasaportes me lo solucionaría la policía, que fuera a la comisaría más cercana (que, afortunadamente, es realmente cercana). Fui. Me atendió un joven policía que enseguida sacó un papel del cajón y me señaló lo que tenía que presentar, a saber: Certificado de nacimiento de las niñas, fotografía, 63 € y la presencia de ambos padres en el momento de la gestión. (Me pregunto por qué los dos, pero bueno.) Llevaba yo conmigo un documento que aquí llaman “certificado familiar” y donde constan los datos de mi marido, los míos, de nuestra boda y los datos de inscripción de las niñas. ¿Esto no vale? Le pregunto. No, me contesta amablemente, esto es familiar, pero aquí pone donde están inscritas las niñas, en el municipio de Atenas y allí es donde tiene que solicitar el certificado.

Cuando le conté a mi marido mis pesquisas, me recomendó que volviera al KEP, porque allí seguramente me podrían hacer la gestión de solicitar el certificado, y no tendría que desplazarme al centro.

Volví ayer, y le dije a la señorita que necesitaba solicitar unos certificados de nacimiento. “¿Para qué?” me dice (ya me lo imaginaba yo) Para hacerles los pasaportes a mis hijas, contesto. “Eso es en la policía” (hala, ya estamos). “Fui ayer, y me dijeron que necesito los certificados” (no me libra ni dios de irme al centro Atenas) “Pero es que lo tienen que pedir ellos” insiste la señorita. Al ver mi cara de “estupendo, me van a tener de un lado a otro y al final lo voy a tener que sacar yo” me explicó que existía una ley que decía que si un organismo solicitaba un certificado de otro organismo, estaban obligados a tramitarlo ellos, y me instó a que se lo recordara al policía.

Yo, camino de la comisaría, iba pensando cómo iba a decirle en griego al poli, que sin duda se iba a negar, que me lo pusiera por escrito para que la del KEP no me volviera a mandar a ellos. Llegué y encontré al mismo agente. ¿Se acuerda de mí?, vine ayer. Le dije. Sí, claro que me acuerdo, me contestó. Le expliqué entonces lo que pasaba y, ante mi total alucine, chasqueó la lengua en un gesto de “la madre que parió a la del KEP”, me indicó que me sentará, se fue al despacho de al lado, y volvió con unos formularios, los rellenó con los datos de mi certificado familiar y me dijo que el lunes tendría los certificados de nacimiento, que viniera con las fotos, las niñas y mi marido, y me harían los pasaportes.

¿Y qué le dijiste? Me preguntó mi marido cuando le contaba la historia. Pues pensé en decirle de todo, menos bonito, pero no pude decir nada. Me quedé muda al ver la desfachatez del funcionario público, que por no perder diez minutos de su tiempo (trabajando, por otro lado), me hubiera mandado sin ningún cargo de conciencia a peregrinar por las ventanillas del registro civil de Atenas.

Grecia es, en general, un país bello, agradable, interesante y en el que merece la pena vivir, pero en algunas “particularidades” se convierte en una parodia.