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viernes, 4 de noviembre de 2011

ΑΞΙΟΜΑ, αξίομα (axíoma)


AXIOMA: (Del lat. axiōma, y este del gr. ἀξίωμα).
1. m. Proposición tan clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración.
2. m. Mat. Cada uno de los principios fundamentales e indemostrables sobre los que se construye una teoría.
¡Hay que ver cómo están las cosas por estos lares! Llevo desde la semana pasada intentado sentarme a describir la situación por la que estamos pasando, y cada día aparece un nuevo titular que hace reconsiderar todo  lo dicho con anterioridad.
El miércoles pasado parecía que se veía cierta claridad al final del túnel. Europa aprobaba la “quita” de la deuda griega en un 50% y la posibilidad de seguir percibiendo las ayudas monetarias. Un respiro.
Relativo: el viernes, durante la celebración de la fiesta nacional que conmemora el “NO” dicho por el entonces presiente griego, Metaxás a la posiblidad de que los Italianos se establecieran en el país, poniendo a Grecia automáticamente al lado de Hitler y Mussolini en la segunda guerra mundial, cuando se volvió a liar parda: en los desfiles organizados en Salónica, la muchedumbre se puso a abuchear al actual presidente Papulias y el hombre no pudo soportar el deshonor (hay que ver lo orgullosos que son los griegos, pues anda que no han abucheado a Zapatero cada 12 de Octubre) y se suspendieron los actos. Bueno, se llegó al final del día sin males mayores.
El fin de semana transcurrió tranquilo, con muchas familias pasando el puente en sus pueblos de origen, quien sabe si pensando que podrían relajarse un poco, que los fantasma de la quiebra - y lo que quiera que ello pudiera significar- se alejaban.
Y llegó el lunes. Y quien sabe si porque Papandreu, que como todo el mundo sabe tiene unas fuertes raíces anglosajonas, quería condimentar a su manera la noche de Halloween, se descolgó con la idea del referendum. Pánico. ¿Un referendum? ¿Por qué ahora y no antes? ¿Y cual sería la pregunta? ¿Y qué consecuencias tendría?
Las consecuencias no tuvieron que esperar al referendum. Los griegos intentaban no oponerse a la posibilidad de una consulta al pueblo, ¿pues no crearon ellos la democracia? ¿pues no habían estado pidiendo literalmente a gritos que se contara con ellos?. Si, claro, pero ya sabemos como somos los mediterráneos: “del dicho al hecho hay mucho trecho”, y en este caso el trecho se lo pasarían preguntándose si realmente querían expresar en las urnas lo que pensaban, porque ello -siempre la democracia por delante- les haría corresponsables de lo que pasara, y les anularía el derecho a la pataleta, con lo que les gusta a ellos quejarse.
Esto en la calle. Que en el parlamento ya ni te cuento. El principal partido de la oposición veía como, de celebrarse el referendum, tendrían que posicionarse claramente junto al primer ministro, para evitar que se pudiese dar otro NO sonado, pero esta vez no a unos criminales de guerra, sino a quizá la única oportunidad que tiene Grecia de no ahogarse en su propia mala gestión (eso sí, agravada por una crisis económica mundial de la que, no nos olvidemos, no tienen la culpa ellos).
Con una moción de confianza propuesta por el propio Papandreu y organizada para hoy viernes de por medio, el malestar estalló dentro del propio partido del gobierno: el ministro de finanzas en el hospital con un ataque de estrés (fuertes dolores abdominales, publicaron los papeles, y hay que ver el poderío abdominal de este señor para entender el alcance del mal), una diputada dimitiendo, y varios otros declarando que no apoyarían a su jefe en la votación. Caos.
Y la llamada de Merkozy: Gorgaki, vente para Cannes que tenemos que hablar. Y tras escuchar la reprimenda, de vuelta a casa, a serenar los ánimos. Vaaale, que no hago el referendum, pero que conste que es porque veo a mis colegas muy nerviosos y Samarás me ha dicho que va a estar a mi lado en esto. Y otra vez una calma engañosa. O más que engañosa, efímera, porque esta mañana el líder de Nea Democratía ya ha dicho que de eso nada, que el no dijo que “al lado”, que él quiere que su antiguo amigo de la universidad dimita, y que después ya hablarían (o sea, cuando él fuera el primer ministro).
Y tendrán que hablar -y votar, que esta vez no se libran- esta noche en el Parlamento. Y veremos lo que pasa. Lo que pasa en el panorama político, claro, porque en el panorama social todo seguirá sin aclararse.
Porque aquí lo que falta es ese axioma, esa proposición clara y evidente. Lo que falta aquí es que se encuentren esos principios fundamentales que lleven al país a salir de esta situación esquizofrénica y destructora. Que cambien el gobierno, que metan en la cárcel a los corruptos y a los evasores, que se cumplan las leyes y que los griegos se den cuenta de que sí, que la crisis no es solo suya, como no es sólo de los españoles, ni de los portugueses, ni de los italianos, pero que la situación es la que es y que tienen ya que dejarse de ver a Europa como un enemigo, porque, como escribía hoy un periodista -griego- en un periódico, ahora mismo, el peor enemigo de los griegos son ellos mismos. Y tienen una pistola cargada en la mano.