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viernes, 25 de septiembre de 2009

ΦΕΜΙΝΙΣΜΟΣ, φεμινισμός (feminismós)

FEMINISMO: Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.


Tengo un amigo, que además me deja numerosos comentarios en este blog, con el que, en la época en que nos veíamos a diario, mantenía encendidas discusiones sobre los temas más variados. Casi nunca estábamos de acuerdo, y además, sus argumentos solían estar basados casi siempre en principios biológicos que, en mi opinión, es posible que funcionaran a las mil maravillas con el reino vegetal y animal, pero que a mi no me convencían. Me encantaban esas conversaciones, y creo que al él lo que más le gustaba (lo que más le gusta, me consta que sigue igual) era escandalizarme con sus aseveraciones del tipo “la mujer no está biológicamente diseñada para tener un orgasmo”.


Hace unos días intercambiamos unos e-mails con un tema que tiene su miga: el papel del padre “fecundador” en la toma de decisión acerca del aborto. Le parecía que el hecho de que la mujer tuviera libertad para decidir si tenía o no el hijo, iba en detrimento de la capacidad de decisión del padre. Vamos, que a él le parecía muy bien que las mujeres abortasen si no querían tener un hijo, pero que qué pasaba si decidía tenerlo y era el padre el que no estaba interesado en traer un niño al mundo. ¿Tenía que “comérselo con patatas”? ¿Donde quedaban sus derechos?.


Al hilo de esta discusión, surgió el tema “feminismo”. El me conminaba a que no me parapetase tras el, para él, tan manido término, con el fin de que el hombre pagara el pato. Le comenté, hablando del tema que nos ocupaba, que la palabra no me parecía más que el femenino de “machismo”, pues me imaginaba el caso, no por malintencionado menos real, de una hipotética mujer que se queda embarazada para “pillar” al padre en cuestión sabiendo que la ley le ampara. Frente a esto, la única seguridad absoluta que podía tener el hombre era echar mano de métodos anticonceptivos fiables. Sí, es cierto, en este caso la mujer tiene la sartén por el mango, una situación de poder sin discusión, muy cercana a los comportamientos que solemos calificar de “machistas”.


Mi amigo me animó a que no me lo quedara para mi sola, ya que yo estoy bastante libre de sospecha de ser machista. Que lo compartiera con vosotros. Y aquí estoy.


Lo que pasa es que antes de sentarme a escribir estas palabras, leí una noticia en El País : en el año 2007, en España, las mujeres, por igual trabajo que los hombres, todavía cobramos un 34% menos que ellos.


Entonces, mi querido Mau, me parece que tenemos que seguir hablando de feminismo, pero no como “doctrina social favorable a la mujer”, sino como exigencia de una equiparación de derechos entre hombres y mujeres. Y entre mujeres y hombres. Entre personas, al fin y al cabo.

jueves, 10 de septiembre de 2009

ΦΑΝΑΤΙΣΜΟΣ, φανατισμός (fanatismós)

FANATISMO: Tenaz preocupación, apasionamiento de aquel que defiende con tenacidad desmedida creencias u opiniones.


El pasado 20 de Junio en Atenas estrenamos museo: el nuevo Museo de la Acrópolis, que ha venido a sustituir al antiguo, que se hallaba dentro del recinto monumental y era pequeño e incómodo. El nuevo, al pie de la Acrópolis (y muy cerquita de nuestra embajada) es todo lo contrario: enorme y confortable. Lo visité a escasos quince días de la inauguración, aprovechando la visita de mi hermana y mi cuñado, con lo que el disfrute fue doble.


La finalización del museo se planteaba, en principio, para el año 2004, como complemento a la oferta cultural durante los Juegos Olímpicos, pero no fue posible. En cuanto se pusieron a excavar un poco se encontraron con más y más restos arqueológicos que tuvieron que seguir su propio ritmo de excavación, clasificación y proyecto de exhibición.


Pero lo que pudo parecer una rémora, no ha hecho más que añadirle atractivo al resultado ya que, debido a todos estos descubrimientos, se rediseñó parte del proyecto y surgieron esos suelos traslúcidos y transparentes (también las paredes son de cristal) que le dan una luminosidad excepcional al edificio (y no es cierto que produzcan vértigo. Si no quieres, puedes ir por la parte que tiene losas convencionales). También se pueden ver los restos bizantinos que fueron apareciendo con la excavación.


La estructura me parece conseguidísima, ya que copia la de la propia Acrópolis, con lo que la visita al museo se convierte en una réplica de la subida a la roca sagrada.


El último piso es el dedicado al Partenón: es como si estuvieras dando la vuelta al propio templo, a tamaño natural. Han reconstruido el friso a partir de los restos existentes. A la ventaja de tener los mármoles prácticamente a la altura de los ojos, se suma una experiencia mágica: la vista del propio Partenón, del original, a través de las cristaleras. Es una visión que sobrecoge, que emociona.


Además ahora, con esta forma de exposición, es evidente lo que falta, y lo que se han llevado otros. Debajo de cada fragmento reproducido en escayola, y en el caso de que no se una de las partes desaparecidas con el paso del tiempo, hay una placa con información acerca de dónde se encuentra actualmente. El British Museum, como de todos es sabido, se lleva la palma. De hecho, se criticó mucho al director del museo por señalar tan claras ausencias durante la inauguración oficial e insistir una y otra vez sobre la necesidad de que sean devueltas. Es un tema complicado, ya que, aunque los ingleses siempre han sostenido que ellos no robaron nada, sino que se lo llevaron para evitar que lo saquearan los turcos, lo cierto es que como el British Museum (y casi todos los museos arqueológicos) se ponga a devolver lo que tiene que pertenece a otras culturas, se va a quedar sin nada. Pero lo que es evidente es que Grecia tiene ahora dónde ponerlos, a salvo de saqueos, y no necesita que nadie se los cuide.


El museo cuenta con un excelente documental, realizado por Costa-Gavras, en el que se muestra una recreación interesantísima de las distintas etapas vividas por el Partenón. Desde los tiempos en que se realizó su construcción, hasta nuestros días, se pueden ver una superposición de imágenes realizadas con ordenador, en donde van apareciendo los distintos grupos humanos (geográficos, raciales o religiosos), que fueron intentando cambiar la imagen o el cometido del templo milenario. Por allí se ven aparecer a los guerreros persas quemándolo todo, a los soldados turcos echando abajo las esculturas que lo coronaban, a los sacerdotes cristianos despojándolo de sus figuras paganas y colocando una gran cruz en su frontal.


Sin embargo, desde hace una semana, a estos últimos ya no se les ve, y a ellos (a los sacerdotes cristianos ortodoxos, en este caso), es a quienes les quiero dedicar mi palabra de hoy, ya que sólo puedo calificar de fanatismo el hecho de que este grupo haya conseguido que corten del documental las escenas en las que aparecían los religiosos saqueando el Partenón.


La excusa que ha dado el director del museo, Sr. Dimitris Pantermalis, es que aunque es un hecho histórico que los cristianos dañaron el templo, no sabemos si fueron clérigos los que lo hicieron.


Sr. Pantermalis, si no lo hicieron ellos, seguro que estaban dirigiéndolo desde abajo. Y además, ¿quién puede ofenderse por una representación por ordenador de lo que fue una realidad?.


Bueno, pues ellos, desde su fanatismo, sí se ofenden. Y lo que es peor, logran que corten la película. A ver si ahora que las ven más de cerca, van también a pensar que las escenas del friso son “cristianamente incorrectas”, y van a exigir que las tapen.


No, si al final va a resultar que los restos del Partenón van a estar más seguros en Inglaterra.

jueves, 3 de septiembre de 2009

ΠΑΝΟΡΑΜΑ, πανόραμα (panórama)

PANORAMA: Paisaje muy dilatado que se contempla desde un punto de observación. Aspecto de conjunto de una cuestión.


Dos meses hace que escribí la última entrada. Es lo que tiene tener críos pequeños, que sus vacaciones son las tuyas. Y no lo digo en el sentido festivo y de ocio, sino que cuando ellos tienen vacaciones, tú ya no puedes hacer nada que no sea compartir sus actividades o al menos planificárselas. Eso, y una tendencia personal a dejarme llevar por el calorcito y los planes de playa, es lo que ha hecho que hasta hoy (y relativamente, porque “sigo” de vacaciones hasta el próximo viernes, que es “San Colegio”) no me haya animado a coger el teclado de nuevo.


¿Y qué panorama tenemos?, pues si nos ceñimos a la primera acepción del diccionario, y desde donde escribo, digamos que es, cuando menos, bastante chungo: Se nos ha vuelto a quemar el país. Afortunadamente no ha habido víctimas. Al menos no humanas. Pero las víctimas “verdes” han sido más que numerosas. No estaba por estos lares cuando ocurrió, para tranquilidad de mi familia y amigos (por cierto, gracias a todos los que os habéis preocupado con y por nosotros). Primero alguien de mi entorno comentó: hay fuegos en Grecia. Luego, al ver la portada de El País con la imagen nocturna de la Acrópolis en primer plano y los fuegos al fondo, se me heló el alma... Todos esos bosques... Y todo el miedo que pasaron los habitantes de las zonas quemadas. Y la tristeza de los que vieron arder sus casas sin poder hacer nada. Parece que no se ha aprendido gran cosa de lo que pasó en 2007. Pero también creo que es muy difícil luchar con -si es que es cierto lo que se dice- un grupo de perturbados mentales (cuya enfermedad, que es la codicia, no puntúa para entrar en un psiquiátrico) que ha provocado estos incendios para poder recalificar los terrenos con fines urbanísticos. Qué asco de gente. Me gustaría ahora creerme la doctrina católica para al menos pensar que su fin será arder también ellos en el infierno.


Por lo demás, y viendo el “aspecto conjunto de una cuestión”, pues he pasado un verano estupendo disfrutando de familia, amigos y hobbies, y ahora tocan los buenos propósitos de inicio de temporada. Ya tengo la lista hecha... y el primero acabo de cumplirlo.


Aquí, cuando la gente se encuentra de nuevo tras las vacaciones de verano, se dicen “kaló jimona”, buen invierno. No sé por qué se saltan el otoño. En todo caso, y sea lo que sea lo que os ocupe: ¡Buen reinicio!